john dalton
John Dalton nació en el seno de una familia cuáquera de la población de Eaglesfield, en Cumberland, Inglaterra. Hijo de un tejedor, sabemos que tuvo cinco hermanos, de los cuales sobrevivieron dos: Jonathan, mayor que Dalton, y Mary, de la que se desconoce su fecha de nacimiento. Dalton fue enviado a una escuela cuáquera donde aprendió matemática y destacó lo suficiente para, a la edad de 12 años, poder contribuir a la economía familiar dando clases a otros niños, primero en su casa y después en el templo cuáquero. Los ingresos eran modestos por lo que se dedicó a trabajos agrícolas hasta que en 1781 se asoció con su hermano Jonathan, que ayudaba a uno de sus primos a llevar una escuela cuáquera en la cercana Kendal.[1]
Alrededor de 1790 Dalton consideró la posibilidad de estudiar Derecho o Medicina, pero no encontró apoyo de su familia para sus proyectos —a los disidentes religiosos de la época se les impedía asistir o enseñar en universidades inglesas— por lo que permaneció en Kendal hasta que en la primavera de 1793 se trasladó a Mánchester. Gracias a la influencia de John Gough, un filósofo ciego y erudito a cuya instrucción informal Dalton debía en gran parte sus conocimientos científicos, fue nombrado profesor de Matemáticas y Filosofía Natural en la «Nueva Escuela» de Mánchester, una academia de disidentes religiosos. Conservó el puesto hasta 1800, cuando la cada vez peor situación financiera de la academia lo obligó a renunciar a su cargo y comenzar una nueva carrera en Mánchester como profesor particular.
En su juventud Dalton estuvo muy influenciado por un prominente cuáquero de Eaglesfield llamado Elihu Robinson, competente meteorólogo además de fabricante de instrumental, que fue quien despertó su interés por las Matemáticas y la Meteorología.[2] Durante sus años en Kendal, Dalton colaboró en el almanaque Gentlemen's and Ladies' Diaries remitiendo soluciones a problemas y preguntas y en 1787, comenzó a redactar un diario meteorológico en el que, durante los siguientes 57 años, anotó más de 200 000 observaciones. En esta época también redescubrió la teoría de circulación atmosférica ahora conocida como la célula de Hadley.[3] La primera publicación de Dalton fue Observaciones y ensayos meteorológicos (1793), que contenía los gérmenes de varios de sus descubrimientos posteriores, aunque a pesar de ello y de la originalidad de su tratamiento recibió escasa atención por parte de otros estudiosos. Una segunda obra de Dalton, Elementos de la gramática inglesa, se publicó en 1801.
viernes, 12 de octubre de 2012
Quién inventó la computadora ?
Quién inventó la computadora ?
Este genial invento, la computadora, es una máquina capaz de realizar operaciones lógicas y matemáticas utilizando rutinas o programas informáticos; como veremos, fue John Atanassoff quién inventó el prototipo de la computadora moderna.
La verdad, es difícil atribuir a una sola persona, la invención de la computadora. Para los expertos, son varias las personas que aportaron conocimientos y creaciones, como para que se desarrollara este invento. Pero si se tiene que señalar a una sola persona, como quien inventó la computadora, es a John Vincent Atanassoff.
Quien nació en Nueva York, el 4 de octubre de 1903. Atanassoff, tenía orígenes búlgaros, por parte de sus padres. Por ende, era el típico chiquillo, hijo de inmigrantes. Desde corta edad, le interesaron las materias científicas. Por ende, estudió física.
Desde aquella incursión académica, se comenzó a interesar, por los cálculos matemáticos. Especialmente, por aquellos realizados, por medio de máquinas. Claro, que en su época, sólo existían máquinas análogas. Las cuales eran consideradas por el físico, como lentas y muy imprecisas. Fue así, como quien desarrolló la computadora, inició el largo camino, para desarrollar una máquina digital.
Por ende, Atanassoff, comenzó rápidamente, a idear su máquina digital (en 1933), para lo cual pidió la asistencia de algún estudiante destacado, de la universidad donde el trabajaba. Se le mencionó a Clifford Berry, un destacado estudiante de ingeniería electrónica.
Para la creación de la computadora, el físico ideo cuatro conceptos básicos para su desarrollo. Electricidad y componentes electrónicos, un sistema binario, condensadores para almacenar datos o información y un sistema lógico para el cómputo.
Con la ayuda de Berry, comenzaron a trabajar en la computadora, en uno de los sótanos de la Universidad del Estado de Iowa. La máquina que llegaron a desarrollar, tuvo un costo final, de más de mil cuatrocientos dólares.
La máquina en sí, estaba constituida, por un tambor rotatorio para manejar la información en la memoria, un sistema lógico, capacitadores y tubos al vacío.
La computadora, se llamó ABC. Por Atanassoff-Berry Computer. El invento estuvo terminado en 1942. Fue la primera computadora digital electrónica. Claro que la pelea por determinar quien inventó la computadora, comenzaría justo en aquel momento.
Ya que John W. Mauchly, vio y analizó la computadora de Atanassoff. Por lo que copió muchos de sus conceptos, para luego con J. Presper Eckert, desarrollar la famosa computadora ENIAC. Claro que en su momento, quien inventó la computadora, o sea, Atanassoff, no patentó inmediatamente su computadora. E ahí, donde se originó el problema de la paternidad sobre la máquina. La situación llegó a los tribunales y luego de una larga disputa, se llegó en 1972 a la conclusión, que Atanassoff es el padre de la primera computadora digital electrónica de la historia. Luego 23 años después, en 1995, Anatassoff, muere en Maryland, dejando tras de sí las bases del invento que revolucionaría al mundo.
miércoles, 3 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
BIOGRAFIA DE Isaac Newton
Isaac Newton
Científico inglés (Woolsthorpe, Lincolnshire, 1642 - Londres,
1727). Hijo póstumo y prematuro, su madre preparó para él un destino de
granjero; pero finalmente se convenció del talento del muchacho y le envió a la
Universidad de Cambridge, en donde hubo de trabajar para pagarse los estudios.
Allí Newton no destacó especialmente, pero asimiló los conocimientos y
principios científicos de mediados del siglo XVII, con las innovaciones
introducidas por Galileo, Bacon, Descartes, Kepler y
otros.
Tras su graduación en 1665, Isaac Newton se orientó hacia la
investigación en Física y Matemáticas, con tal acierto que a los 29 años ya
había formulado teorías que señalarían el camino de la ciencia moderna hasta el
siglo XX; por entonces ya había obtenido una cátedra en su universidad
(1669).
Isaac Newton
Suele considerarse a Isaac Newton uno de los protagonistas
principales de la llamada «Revolución científica» del siglo XVII y, en cualquier
caso, el padre de la mecánica moderna. No obstante, siempre fue remiso a dar
publicidad a sus descubrimientos, razón por la que muchos de ellos se conocieron
con años de retraso.
Newton coincidió con Leibniz en el
descubrimiento del cálculo integral, que contribuiría a una profunda renovación
de las Matemáticas; también formuló el teorema del binomio (binomio de
Newton). Pero sus aportaciones esenciales se produjeron en el terreno de la
Física.
Sus primeras investigaciones giraron en torno a la óptica:
explicando la composición de la luz blanca como mezcla de los colores del arco
iris, Isaac Newton formuló una teoría sobre la naturaleza corpuscular de la luz
y diseñó en 1668 el primer telescopio de reflector, del tipo de los que se usan
actualmente en la mayoría de los observatorios astronómicos; más tarde recogió
su visión de esta materia en la obra Óptica (1703).
También trabajó en otras áreas, como la termodinámica y la
acústica; pero su lugar en la historia de la ciencia se lo debe sobre todo a su
refundación de la mecánica. En su obra más importante, Principios matemáticos
de la filosofía natural (1687), formuló rigurosamente las tres leyes
fundamentales del movimiento: la primera ley de Newton o ley de la inercia,
según la cual todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo
uniforme si no actúa sobre él ninguna fuerza; la segunda o principio fundamental
de la dinámica, según el cual la aceleración que experimenta un cuerpo es igual
a la fuerza ejercida sobre él dividida por su masa; y la tercera, que explica
que por cada fuerza o acción ejercida sobre un cuerpo existe una reacción igual
de sentido contrario.
De estas tres leyes dedujo una cuarta, que es la más conocida: la ley de la gravedad, que según la leyenda le fue sugerida por la observación de la caída de una manzana del árbol. Descubrió que la fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna era directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, calculándose dicha fuerza mediante el producto de ese cociente por una constante G; al extender ese principio general a todos los cuerpos del Universo lo convirtió en la ley de gravitación universal.
La mayor parte de estas ideas circulaban ya en el ambiente
científico de la época; pero Newton les dio el carácter sistemático de una
teoría general, capaz de sustentar la concepción científica del Universo durante
varios siglos. Hasta que terminó su trabajo científico propiamente dicho (hacia
1693), Newton se dedicó a aplicar sus principios generales a la resolución de
problemas concretos, como la predicción de la posición exacta de los cuerpos
celestes, convirtiéndose en el mayor astrónomo del siglo. Sobre todos estos
temas mantuvo agrios debates con otros científicos (como Halley, Hooker, Leibniz
o Flamsteed), en los que encajó mal las críticas y se mostró extremadamente
celoso de sus posiciones.
Como profesor de Cambridge, Newton se enfrentó a los abusos de Jacobo II contra la universidad, lo cual le llevó
a aceptar un escaño en el Parlamento surgido de la «Gloriosa Revolución»
(1689-90). En 1696 el régimen le nombró director de la Casa de la Moneda,
buscando en él un administrador inteligente y honrado para poner coto a las
falsificaciones. Volvería a representar a su universidad en el Parlamento en
1701. En 1703 fue nombrado presidente de la Royal Society de Londres. Y
en 1705 culminó la ascensión de su prestigio al ser nombrado caballero.
BIOGRAFIA DE Benjamin Franklin
Benjamin Franklin
(Boston, 1706 - Filadelfia, 1790) Político, científico e inventor
estadounidense. Decimoquinto hermano de un total de diecisiete, Benjamin
Franklin cursó únicamente estudios elementales, y éstos sólo hasta la edad de
diez años. A los doce comenzó a trabajar como impresor en una empresa propiedad
de uno de sus hermanos. Más tarde fundó el periódico La Gaceta de Pensilvania,
que publicó entre los años 1728 y 1748. Publicó además el Almanaque del pobre
Richard (1732-1757) y fue responsable de la emisión de papel moneda en las
colonias británicas de América (1727).
Benjamin Franklin
El interés de Benjamin Franklin por los temas científicos comenzó
a mediados de siglo y coincidió con el inicio de su actividad política, que se
centró en diversos viajes a Londres, entre 1757 y 1775, con la misión de
defender los intereses de Pensilvania. Participó de forma muy activa en el
proceso que conduciría finalmente a la independencia de las colonias británicas
de América, intervino en la redacción de la Declaración de Independencia (1776)
junto a Jefferson y J. Adams, y se desplazó a Francia en busca de ayuda para
proseguir la campaña contra las tropas británicas.
Finalizada la guerra, Benjamin Franklin fue partícipe en las
conversaciones para concluir el tratado de paz que pondría fin al conflicto y
contribuyó a la redacción de la Constitución estadounidense.
Por lo que respecta a su actividad científica, durante su estancia
en Francia, en 1752, llevó a cabo el famoso experimento de la cometa que le
permitió demostrar que las nubes están cargadas de electricidad y que, por lo
tanto, los rayos son esencialmente descargas de tipo eléctrico.
Para la realización del experimento, no exento de riesgo, utilizó
una cometa dotada de un alambre metálico unido a un hilo de seda que, de acuerdo
con su suposición, debía cargarse con la electricidad captada por el alambre.
Durante la tormenta, acercó la mano a una llave que pendía del hilo de seda, y
observó que, lo mismo que en los experimentos con botellas de Leyden que había
realizado con anterioridad, saltaban chispas, lo cual demostraba la presencia de
electricidad.
Este descubrimiento le permitió inventar el pararrayos, cuya
eficacia dio lugar a que ya en 1782, en la ciudad de Filadelfia, se hubiesen
instalado 400 de estos ingenios. Sus trabajos acerca de la electricidad le
llevaron a formular conceptos tales como el de la electricidad negativa y
positiva, a partir de la observación del comportamiento de las varillas de
ámbar, o el de conductor eléctrico, entre otros.
Además, expuso una teoría acerca de la electricidad en la que consideraba que ésta era un fluido sutil que podía presentar un exceso o un defecto, descubrió el poder de las puntas metálicas al observar que un cuerpo con carga eléctrica se descarga mucho más deprisa si termina en punta, y enunció el principio de conservación de la carga eléctrica.Inventó también el llamado horno de Franklin y las denominadas lentes bifocales. La gran curiosidad que sentía por los fenómenos naturales le indujo a estudiar, entre otros, el curso de las tormentas que se forman en el continente americano, y fue el primero en analizar la corriente cálida que discurre por el Atlántico norte y que en la actualidad se conoce con el nombre de corriente del Golfo.
Su temperamento activo y polifacético impulsó también a Benjamin
Franklin a participar en las cuestiones de ámbito local, por ejemplo, en la
creación de instituciones como el cuerpo de bomberos de Filadelfia, la
biblioteca pública y la Universidad de Pensilvania, así como la Sociedad
Filosófica Americana. Fue el único americano de la época colonial británica que
alcanzó fama y notoriedad en la Europa de su tiempo.
BIOGRAFIA DE GALILEO GALILEI
BIOGRAFIA DE GALILEO GALILEI
Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Lo poco
que, a través de algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di
Pescia, no compone de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre, Vincenzo
Galilei, era florentino y procedía de una familia que tiempo atrás había sido
ilustre; músico de vocación, las dificultades económicas lo habían obligado a
dedicarse al comercio, profesión que lo llevó a instalarse en Pisa. Hombre de
amplia cultura humanista, fue un intérprete consumado y un compositor y teórico
de la música, cuyas obras sobre el tema gozaron de una cierta fama en la época.
De él hubo de heredar Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd),
sino también el carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede
que el desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar
la teoría con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los
que tres (Virginia, Michelangelo y Livia) hubieron de contribuir, con el tiempo,
a incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se trasladó a
Florencia y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de Santa Maria di
Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio.
Juventud académica
En 1581 Galileo ingresó en la Universidad de Pisa, donde se
matriculó como estudiante de medicina por voluntad de su padre. Cuatro años más
tarde, sin embargo, abandonó la universidad sin haber obtenido ningún título,
aunque con un buen conocimiento de Aristóteles. Entretanto, se había producido
un hecho determinante en su vida: su iniciación en las matemáticas, al margen de
sus estudios universitarios, y la consiguiente pérdida de interés por su carrera
como médico. De vuelta en Florencia en 1585, Galileo pasó unos años dedicado al
estudio de las matemáticas, aunque interesado también por la filosofía y la
literatura (en la que mostraba sus preferencias por Ariosto frente a Tasso); de
esa época data su primer trabajo sobre el baricentro de los cuerpos -que luego
recuperaría, en 1638, como apéndice de la que habría de ser su obra científica
principal- y la invención de una balanza hidrostática para la determinación de
pesos específicos, dos contribuciones situadas en la línea de Arquímedes, a
quien Galileo no dudaría en calificar de «sobrehumano».
Galileo Galilei (Retrato de Domenico Crespi)
Tras dar algunas clases particulares de matemáticas en Florencia y
en Siena, trató de obtener un empleo regular en las universidades de Bolonia,
Padua y en la propia Florencia. En 1589 consiguió por fin una plaza en el
Estudio de Pisa, donde su descontento por el paupérrimo sueldo percibido no pudo
menos que ponerse de manifiesto en un poema satírico contra la vestimenta
académica. En Pisa compuso Galileo un texto sobre el movimiento, que mantuvo
inédito, en el cual, dentro aún del marco de la mecánica medieval, criticó las
explicaciones aristotélicas de la caída de los cuerpos y del movimiento de los
proyectiles; en continuidad con esa crítica, una cierta tradición
historiográfica ha forjado la anécdota (hoy generalmente considerada como
inverosímil) de Galileo refutando materialmente a Aristóteles mediante el
procedimiento de lanzar distintos pesos desde lo alto del Campanile, ante las
miradas contrariadas de los peripatéticos...
En 1591 la muerte de su padre significó para Galileo la obligación
de responsabilizarse de su familia y atender a la dote de su hermana Virginia.
Comenzaron así una serie de dificultades económicas que no harían más que
agravarse en los años siguientes; en 1601 hubo de proveer a la dote de su
hermana Livia sin la colaboración de su hermano Michelangelo, quien había
marchado a Polonia con dinero que Galileo le había prestado y que nunca le
devolvió (por el contrario, se estableció más tarde en Alemania, gracias de
nuevo a la ayuda de su hermano, y envió luego a vivir con él a toda su
familia).
La necesidad de dinero en esa época se vio aumentada por el
nacimiento de los tres hijos del propio Galileo: Virginia (1600), Livia (1601) y
Vincenzo (1606), habidos de su unión con Marina Gamba, que duró de 1599 a 1610 y
con quien no llegó a casarse. Todo ello hizo insuficiente la pequeña mejora
conseguida por Galileo en su remuneración al ser elegido, en 1592, para la
cátedra de matemáticas de la Universidad de Padua por las autoridades venecianas
que la regentaban. Hubo de recurrir a las clases particulares, a los anticipos
e, incluso, a los préstamos. Pese a todo, la estancia de Galileo en Padua, que
se prolongó hasta 1610, constituyó el período más creativo, intenso y hasta
feliz de su vida.
En Padua tuvo ocasión Galileo de ocuparse de cuestiones técnicas
como la arquitectura militar, la castrametación, la topografía y otros temas
afines de los que trató en sus clases particulares. De entonces datan también
diversas invenciones, como la de una máquina para elevar agua, un termoscopio y
un procedimiento mecánico de cálculo que expuso en su primera obra impresa:
Le operazioni del compasso geometrico e militare, 1606. Diseñado en un
principio para resolver un problema práctico de artillería, el instrumento no
tardó en ser perfeccionado por Galileo, que amplió su uso en la solución de
muchos otros problemas. La utilidad del dispositivo, en un momento en que no se
habían introducido todavía los logaritmos, le permitió obtener algunos ingresos
mediante su fabricación y comercialización.
En 1602 Galileo reemprendió sus estudios sobre el movimiento,
ocupándose del isocronismo del péndulo y del desplazamiento a lo largo de un
plano inclinado, con el objeto de establecer cuál era la ley de caída de los
graves. Fue entonces, y hasta 1609, cuando desarrolló las ideas que treinta años
más tarde, constituirían el núcleo de sus Discorsi.
El mensaje de los astros
En julio de 1609, de visita en Venecia (para solicitar un aumento
de sueldo), Galileo tuvo noticia de un nuevo instrumento óptico que un holandés
había presentado al príncipe Mauricio de Nassau; se trataba del anteojo, cuya
importancia práctica captó Galileo inmediatamente, dedicando sus esfuerzos a
mejorarlo hasta hacer de él un verdadero telescopio. Aunque declaró haber
conseguido perfeccionar el aparato merced a consideraciones teóricas sobre los
principios ópticos que eran su fundamento, lo más probable es que lo hiciera
mediante sucesivas tentativas prácticas que, a lo sumo, se apoyaron en algunos
razonamientos muy sumarios.
Galileo ante el Santo Oficio (Óleo de Robert-Fleury)
Sea como fuere, su mérito innegable residió en que fue el primero
que acertó en extraer del aparato un provecho científico decisivo. En efecto,
entre diciembre de 1609 y enero de 1610 Galileo realizó con su telescopio las
primeras observaciones de la Luna, interpretando lo que veía como prueba de la
existencia en nuestro satélite de montañas y cráteres que demostraban su
comunidad de naturaleza con la Tierra; las tesis aristotélicas tradicionales
acerca de la perfección del mundo celeste, que exigían la completa esfericidad
de los astros, quedaban puestas en entredicho. El descubrimiento de cuatro
satélites de Júpiter contradecía, por su parte, el principio de que la Tierra
tuviera que ser el centro de todos los movimientos que se produjeran en el
cielo. En cuanto al hecho de que Venus presentara fases semejantes a las
lunares, que Galileo observó a finales de 1610, le pareció que aportaba una
confirmación empírica al sistema heliocéntrico de Copérnico, ya que éste, y no
el de Tolomeo, estaba en condiciones de proporcionar una explicación para el
fenómeno.
Ansioso de dar a conocer sus descubrimientos, Galileo redactó a
toda prisa un breve texto que se publicó en marzo de 1610 y que no tardó en
hacerle famoso en toda Europa: el Sidereus Nuncius, el 'mensajero
sideral' o 'mensajero de los astros', aunque el título permite también la
traducción de 'mensaje', que es el sentido que Galileo, años más tarde, dijo
haber tenido en mente cuando se le criticó la arrogancia de atribuirse la
condición de embajador celestial.
El libro estaba dedicado al gran duque de Toscana Cósimo II de
Médicis y, en su honor los satélites de Júpiter recibían allí el nombre de
«planetas Medíceos». Con ello se aseguró Galileo su nombramiento como matemático
y filósofo de la corte toscana y la posibilidad de regresar a Florencia, por la
que venía luchando desde hacía ya varios años. El empleo incluía una cátedra
honoraria en Pisa, sin obligaciones docentes, con lo que se cumplía una
esperanza largamente abrigada y que le hizo preferir un monarca absoluto a una
república como la veneciana, ya que, como él mismo escribió, «es imposible
obtener ningún pago de una república, por espléndida y generosa que pueda ser,
que no comporte alguna obligación; ya que, para conseguir algo de lo público,
hay que satisfacer al público».
La batalla del copernicanismo
El 1611 un jesuita alemán, Christof Scheiner, había observado las
manchas solares publicando bajo seudónimo un libro acerca de las mismas. Por las
mismas fechas Galileo, que ya las había observado con anterioridad, las hizo ver
a diversos personajes durante su estancia en Roma, con ocasión de un viaje que
se calificó de triunfal y que sirvió, entre otras cosas, para que Federico Cesi
le hiciera miembro de la Accademia dei Lincei que él mismo había fundado en 1603
y que fue la primera sociedad científica de una importancia perdurable.
Bajo sus auspicios se publicó en 1613 la Istoria e
dimostrazione interno alle macchie solari, donde Galileo salía al paso de la
interpretación de Scheiner, quien pretendía que las manchas eran un fenómeno
extrasolar («estrellas» próximas al Sol, que se interponían entre éste y la
Tierra). El texto desencadenó una polémica acerca de la prioridad en el
descubrimiento, que se prolongó durante años e hizo del jesuita uno de los más
encarnizados enemigos de Galileo, lo cual no dejó de tener consecuencias en el
proceso que había de seguirle la Inquisición. Por lo demás, fue allí donde, por
primera y única vez, Galileo dio a la imprenta una prueba inequívoca de su
adhesión a la astronomía copernicana, que ya había comunicado en una carta a
Kepler en 1597.
Ante los ataques de sus adversarios académicos y las primeras
muestras de que sus opiniones podían tener consecuencias conflictivas con la
autoridad eclesiástica, la postura adoptada por Galileo fue la de defender (en
una carta dirigida a mediados de 1615 a Cristina de Lorena) que, aun admitiendo
que no podía existir contradicción ninguna entre las Sagradas Escrituras y la
ciencia, era preciso establecer la absoluta independencia entre la fe católica y
los hechos científicos. Ahora bien, como hizo notar el cardenal Bellarmino, no
podía decirse que se dispusiera de una prueba científica concluyente en favor
del movimiento de la Tierra, el cual, por otra parte, estaba en contradicción
con las enseñanzas bíblicas; en consecuencia, no cabía sino entender el sistema
copernicano como hipotético. En este sentido, el Santo Oficio condenó el 23 de
febrero de 1616 al sistema copernicano como «falso y opuesto a las Sagradas
Escrituras», y Galileo recibió la admonición de no enseñar públicamente las
teorías de Copérnico.
Parte final del documento de abjuración de Galileo
Galileo, conocedor de que no poseía la prueba que Bellarmino
reclamaba, por más que sus descubrimientos astronómicos no le dejaran lugar a
dudas sobre la verdad del copernicanismo, se refugió durante unos años en
Florencia en el cálculo de unas tablas de los movimientos de los satélites de
Júpiter, con el objeto de establecer un nuevo método para el cálculo de las
longitudes en alta mar, método que trató en vano de vender al gobierno español y
al holandés.
En 1618 se vio envuelto en una nueva polémica con otro jesuita,
Orazio Grassi, a propósito de la naturaleza de los cometas, que dio como
resultado un texto, Il Saggiatore (1623), rico en reflexiones acerca de
la naturaleza de la ciencia y el método científico, que contiene su famosa idea
de que «el Libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje matemático». La obra,
editada por la Accademia dei Lincei, venía dedicada por ésta al nuevo papa
Urbano VIII, es decir, el cardenal Maffeo Barberini, cuya elección como
pontífice llenó de júbilo al mundo culto en general y, en particular, a Galileo,
a quien el cardenal había ya mostrado su afecto.
La nueva situación animó a Galileo a redactar la gran obra de
exposición de la cosmología copernicana que ya había anunciado en 1610: el
Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo, tolemaico e copernicano;
en ella, los puntos de vista aristotélicos defendidos por Simplicio se
confrontaban con los de la nueva astronomía abogados por Salviati, en forma de
diálogo moderado por la bona mens de Sagredo. Aunque la obra fracasó en
su intento de estar a la altura de las exigencias expresadas por Bellarmino, ya
que aportaba, como prueba del movimiento de la Tierra, una explicación falsa de
las mareas, la inferioridad de Simplicio ante Salviati era tan manifiesta que el
Santo Oficio no dudó en abrirle un proceso a Galileo, pese a que éste había
conseguido un imprimatur para publicar el libro en 1632. Iniciado el 12
de abril de 1633, el proceso terminó con la condena a prisión perpetua, pese a
la renuncia de Galileo a defenderse y a su retractación formal. La pena fue
suavizada al permitírsele que la cumpliera en su quinta de Arcetri, cercana al
convento donde en 1616 y con el nombre de sor Maria Celeste había ingresado su
hija más querida, Virginia, que falleció en 1634.
En su retiro, donde a la aflicción moral se sumaron las del
artritismo y la ceguera, Galileo consiguió completar la última y más importante
de sus obras: los Discorsi e dimostrazioni matematiche intorno à due nueve
scienze, publicado en Leiden por Luis Elzevir en 1638. En ella, partiendo de
la discusión sobre la estructura y la resistencia de los materiales, Galileo
sentó las bases físicas y matemáticas para un análisis del movimiento, que le
permitió demostrar las leyes de caída de los graves en el vacío y elaborar una
teoría completa del disparo de proyectiles. La obra estaba destinada a
convertirse en la piedra angular de la ciencia de la mecánica construida por los
científicos de la siguiente generación, con Newton a la cabeza.
En la madrugada del 8 al 9 de enero de 1642, Galileo falleció en
Arcetri confortado por dos de sus discípulos, Vincenzo Viviani y Evangelista
Torricelli, a los cuales se les había permitido convivir con él los últimos
años.
los inventos del Grandicimo Thomas Alva Edison
los inventos del Grandicimo Thomas Alva Edison
El estadounidense Thomas Alva Edison fue uno de los inventores que
más contribuyeron a modificar la vida del hombre moderno. Los más de mil
inventos que patentó transformaron de manera drástica las costumbres y los
hábitos de consumo de las sociedades industrializadas. De la misma manera,
Edison fue una figura clave en la consolidación de la nueva investigación
tecnológica.
Edison en su laboratorio de West Orange
Investigador inquieto e infatigable, trabajó en campos tan
distintos como la óptica, la acústica o la electricidad. Su principal virtud fue
la capacidad para aplicar los conocimientos técnicos al mundo del consumo, hecho
que permitió que sus diseñosadquiriesen una gran importancia en la vida de las
personas.
La lámpara de filamento incandescente es quizá el invento que más
celebridad otorgó a Edison. Su fabricación masiva permitió abaratar de una forma
considerable la obtención de luz, de manera que hasta la gente con más escasos
recursos económicos empezó a gozar de la posibilidad de iluminar sus hogares. De
la misma manera, la iluminación eléctrica transformó radicalmente la imagen de
la ciudades modernas, que pudieron ver alumbrado hasta su último rincón.
El fonógrafo, un ingenio que permitía grabar y reproducir
cualquier tipo de sonido, fue otro invento notable de Edison. Este aparato fue
el precedente del gramófono y los tocadiscos, sistemas utilizados a lo largo del
siglo XX para escuchar música. De hecho, los sistemas de reproducción analógica
del sonido, como los anteriormente mencionados, que estaban basados en el
primitivo invento de Edison, fueron usados en todo el mundo hasta la
generalización de los sistemas digitales en la década de los ochenta.
Edison frente a su fonógrafo
Desde 1889 Edison se interesó cada vez más por el cinematógrafo.
Ya durante años intentó, con diferente éxito, la proyección de una sucesión
rápida de imágenes sobre una pantalla. Edison utilizó una tira de película del
tipo Eastman, sustituyendo la rígida pieza de cristal clásica por una película
flexible, sobre cuyos bordes aplicó unas perforaciones que permitían que varias
ruedas dentadas la hiciesen girar a suficiente velocidad para hacer
imperceptibles las discontinuidades entre fotografías.
Creó también una película sonora experimental en la que la imagen
estaba coordinada con el sonido de un disco fonográfico. Más adelante, en 1912,
publicó en la revista mensual Scientific American una descripción de la técnica
Kinemacolor; el invento permitía obtener una imagen animada con colores
naturales reproducidos fotográficamente.
George Eastman y Thomas Edison
Ahora bien, tan importante como sus inventos fue la actitud que
Edison asumió frente a la invención tecnológica. Él representaba a una nueva
generación de investigadores que desplazaron a los viejos inventores mecánicos
de los siglos XVIII y XIX. Esta nueva actitud frente a la invención técnica
llevó a Edison a crear, en 1876, el primer laboratorio de investigaciones
industriales, precursor de los modernos centros de experimentación tecnológica,
organizados en torno a equipos de científicos, técnicosy especialistas.
Con su hijo Chase en un coche
eléctrico que diseñó (c. 1914)
lunes, 1 de octubre de 2012
los inventos de leonardo davinci
los inventos de leonardo davinci
fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable polímata del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452[2] y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.[2] Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Boloña y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.
Frecuentemente descrito como un arquetipo y símbolo del hombre del Renacimiento, genio universal, además de filósofo humanista cuya curiosidad infinita sólo puede ser equiparable a su capacidad inventiva,[3] Leonardo da Vinci es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.[4]
Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo dos de sus obras más célebres, La Gioconda y La Última Cena, copiadas y parodiadas en varias ocasiones, al igual que su dibujo del Hombre de Vitruvio, que llegaría a ser retomado en numerosos trabajos derivados. No obstante, sólo se conocen una quincena de sus obras, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica.[Nota 2] Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel.
Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable),[Nota 3] puesto que la mayoría no eran realizables aún en esa época.[Nota 4] Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.
fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable polímata del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452[2] y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.[2] Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Boloña y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.
Frecuentemente descrito como un arquetipo y símbolo del hombre del Renacimiento, genio universal, además de filósofo humanista cuya curiosidad infinita sólo puede ser equiparable a su capacidad inventiva,[3] Leonardo da Vinci es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.[4]
Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo dos de sus obras más célebres, La Gioconda y La Última Cena, copiadas y parodiadas en varias ocasiones, al igual que su dibujo del Hombre de Vitruvio, que llegaría a ser retomado en numerosos trabajos derivados. No obstante, sólo se conocen una quincena de sus obras, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica.[Nota 2] Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel.
Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable),[Nota 3] puesto que la mayoría no eran realizables aún en esa época.[Nota 4] Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.
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